martes, 26 de febrero de 2013

Historietas cortas. (Parte 1ª)

En un par de semanas la madre de mi marido nos honrará con su presencia durante unos días, creo que hasta semana santa, pero no tengo certeza de la fecha de salida, así que hasta que llegue para amenizarme la vida os dejo algunas de sus perlas: 

1- Comida de Navidad, mi cuñada, la hija de la madre de mi marido, cuenta tronchándose de risa, cómo su madre lo guarda todo, hasta el punto de que cuando era pequeña llevó una caja de bombones por su cumpleaños al colegio, para repartir entre las compañeras y profesoras y estaban podridos, qué risa, ¿verdad?

2- En la cocina hay una cesta de productos navideños que ha traído mi cuñado de los que le dan en la empresa, llaman al telefonillo y es uno de los ahijados de la madre de mi marido, que mientras rauda y veloz, se limpia las manos y se arregla el pelo me dice: Llévate la cesta a otra habitación que ésta visita es pobre y no quiero que la vean. 

3-  Decidió abrir unas velux en la buhardilla, y no sé para qué, pero me pregunto por las que pusimos nosotros en Madrid, claro, mucho más caras, las ventanas y la mano de obra. Y aguanté más de media hora de chapa con la factura en la mano, la suya, para demostrarme que no me engañaba con los precios. Puestas las ventanas, son de las que no se abren del todo, solo un poquito, y le pregunto si las va a cambiar por unas como las nuestras, más caras pero que se abren, y me dice que las ventanas se las cambian pero que la mano de obra la tiene que pagar y total como ya están puestas y bueno aunque no se pueda disfrutar de las vistas a la ría.....me quedé tan a gusto con esa frase tan manida: No, si al final lo barato sale caro. 

 Otro día, más. 


 

 

miércoles, 30 de enero de 2013

¿Os acordais de la escasez de biberones en Galicia? Pues ahora tenemos alerta en Europa, NO QUEDAN BOTAS DE NIEVE

La madre de mi marido está en el extranjero, pasando allí tres meses, en casa de su hija, y en la misma ciudad que vive su hijo pequeño. Está al norte de Europa y hace frío, va todos los años, todos los años nieva, hasta este no año no había supuesto ningún problema, se quedaba en casa y tan contenta, pero este año tienen que hacerse cargo de unas reformas y movidas en un piso que se ha comprado mi cuñada y tiene que salir, pide hablar conmigo por teléfono: 
-¿Tú tenías unas botas de montaña para la nieve, verdad?
- Sí.
- Bueno, pues como este año ya no vais a ir a ninguna parte, ¿te importa mandármelas en un paquetito? es que no me he traído calzado apropiado para la nieve y como tengo que salir casi todos los días al piso.
 
¿Ya no vamos a ninguna parte? ¿Un paquetito? ¿Te lo mando a portes debidos? Claro, en una capital europea no hay zapaterías. 

-Pero..., yo tengo un 40, ¿tú también?
-No, un 38 pero con dos pares de calcetines seguro que me van bien.
-Vale, están en el trastero, en cuanto pueda te las busco y te las mando
-Esta misma noche si puedes subes y las buscas y mañana me las mandas, que van a tardar por lo menos una semana en llegar.

Pues no os lo vais a creer, pero no sé qué ha pasado que mis botas de montaña no parecen por ningún sitio, ni el trastero, ni los armarios, nada, como si se las hubiera tragado la tierra, y mira que he buscado a conciencia.....