Mis hijos nacieron en agosto el mayor y en julio la pequeña, y este año la madre de mi marido, cuando llegamos a su casa para pasar las vacaciones de verano, tenía un enorme paquete, envuelto muy cuidadosamente, con un adorno precioso, encima de la cama de matrimonio.
-Este es el regalo para los niños por su cumpleaños (la niña ya había cumplido, al niño le faltaban tres semanas).
Pobres niños, sobre todo pobre niña, porque aún el mayor, al haber tenido dos cumpleaños sin hermana ha podido disfrutar de dos regalos individuales, pero la pobre niña, ha sido su primer cumpleaños y ya tiene que compartir el regalo de la madre de mi marido con su hermano.
No creáis que la cosa termina ahí, se ponen como locos a abrir el paquete y cuando terminan de quitar el papel, y el niño ve una funda de tela con rayas de colores y algo duro dentro pregunta -¿Qué es? ¿Qué es? y la madre de mi marido contesta:
-Una sombrilla, para cuando bajéis a la playa.
No penséis que no es un regalo pensado y muy pensado, sé a ciencia cierta que está decidido desde el año pasado.
Nosotros no hemos sido nunca de sombrilla, pero el verano pasado, cuando la niña tenía apenas unas semanas de vida, para bajar a la playa necesitábamos una, y buscamos en el cuarto de los trastos de la madre de mi marido y encontramos una, bastante grande, de esas de los años setenta, verde (ahora un poco descolorida) con flecos en blanco y la barra oxidada. Cuando se enteró que toda la playa nos veía bajo esa sombrilla nos animó a comprar una nueva, pero nosotros somos bastante prácticos, y si la sombrilla funciona correctamente (abre y cierra) y no tiene agujeros en la tela, por lo cual da una sombra perfecta, ¿para que vamos a comprar otra? además solo la necesitábamos para esos días, en cuanto los niños empiezan a andar no hay manera de que estén quietos debajo de una sombrilla.
Pues tan mal lo pasó el verano pasado la madre de mi marido, pensando que todo el pueblo nos veía bajo una sombrilla roñosa y vieja, que este año decidió regalar a sus nietos como regalo conjunto de cumpleaños una estupenda y nuevecita sombrilla.
Ni que decir tiene la ilusión que les hizo a los dos el regalo conjunto de cumpleaños, es más, el mayor que ya habla, me ha dicho que a ver si para el año que viene les cae una tumbona plegable.
Jejeje, mujer, práctico es, pero para niños....Ninguno de los mios se la habrían mirado más de un milisegundo. Ilusión cero.
ResponderEliminarjajjaja así son ellas, irremplazables y adorables, ellas las madres de nuestros maridos jejeje bueno, practico el regalo , al menos lo es. Besicos ya te sigo.
Eliminarno sé si reir o llorar... me quedo por aquí y te sigo!! ;)
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